Publicado por Antonio Ruiz de Azúa Mercadal en la Revista
Anuario Grafoanálisis. ANUARIO 2008: "Alteraciones Grafoescriturales"AGC
vol. 40-41. Pág. 19-32.
RESUMEN
Los músculos del cuerpo humano
permanecen en un estado de contracción tónica cuya intensidad sigue unos
patrones fijados por el sistema nervioso central. En el presente artículo se
describen las disfunciones de los patrones musculares de la cintura escapular y
las extremidades superiores que condicionan los movimientos de las manos. Como
se verá, estas disfunciones están condicionadas por el carácter y la
personalidad del individuo, por lo que su conocimiento será una ayuda a todos
aquellos que estudian las alteraciones de la expresión gráfica.
PALABRAS CLAVE
Sistema propioceptivo, tono muscular, postura, trazo,
psique, psicodiagnóstico miokinético (PMK).
“ Súbitamente se me
ocurrió la singular idea de que esta mano albergaba la mente de este hombre. La
mente como un todo y mucho más. Mucho más, pero ¿qué?” Henri Bosco (1)
La grafología forma parte de las
ciencias que estudian al ser humano y, por ello, debe recurrir a los
conocimientos que provienen de las demás ramas del saber. Históricamente los
grafólogos han recurrido a la psicología para interpretar el gesto gráfico,
ignorando los pasos intermedios entre la psique y la mano. Actualmente
esto ha cambiado ya que, gracias a la neurofisiología, sabemos que los
movimientos musculares están íntimamente relacionados con la psique. El
nuevo enfoque estudia el movimiento, no el dibujo per se.
A principios del siglo XX el Dr. Turró (37), de
la Escuela de Fisiología de la Universidad de Barcelona,
afirmaba que las funciones
psico-sensoriales surgieron de la necesidad que tenían los seres vivos de
elaborar estrategias con el fin de conseguir los alimentos necesarios para su
supervivencia. Vivir implicaba relacionarse con el entorno, lo que ya podía
considerarse como un fenómeno psíquico. Tal como afirman los neurofisiólogos
Maturana y Varela “todo conocer es hacer;
todo hacer es conocer” (17). Existen
organismos muy sencillos que carecen de un sistema nervioso organizado pero que
responden con eficiencia a los estímulos, lo que demuestra que aquél no ha sido
la única opción que han desarrollado los animales para percibir los cambios que
se producen en su entorno. Para Damasio “un organismo
sencillo compuesto de una sola célula, por ejemplo una ameba, no sólo está vivo
sino que se dedica a mantenerse vivo..." (3).
El hombre es una unidad funcional. Su
estudio no debería seguir el método de Descartes que analiza por separado sus componentes físicos e
inmateriales con la pretensión de que al reunirlos posteriormente
comprenderemos su totalidad. En este caso se cumple la regla de que el todo es
superior a la suma de sus partes. Numerosos autores dentro del campo de la
psicología y la medicina han defendido esta unidad funcional del individuo.
Para ellos, el sistema nervioso central no es la única estructura anatómica
implicada en las funciones psíquicas (teoría centralista), sino que en éstas
también participan otras estructuras corporales (teoría periférica). Según las
teorías periféricas, el cerebro es el lugar donde se hacen conscientes las
sensaciones y demás procesos psíquicos generados en todo el cuerpo (35). "Somos y después pensamos, y
pensamos sólo en la medida que somos, porque las estructuras y operaciones del
ser causan el pensamiento". Damasio (2).
Para el fisiólogo norteamericano Irwin
Korr (15), la asociación formada
entre el sistema nervioso y el sistema músculo-esquelético es la maquinaria
primaria de la vida (the primary machinery
of life) que
permite al hombre comunicarse y relacionarse con su entorno. Para muchos
investigadores el tono y el movimiento muscular tienen
un papel importante en la manifestación de esta función psíquica de origen periférico.
Psicólogos, psiquiatras y neurofisiólogos
han investigado en laboratorios de fisiología y psicología las relaciones entre
el movimiento muscular y las
actividades psíquicas.
Pero... ¿cómo se puede constatar de forma objetiva
esta asociación entre los movimientos musculares y la psique? Un destacado
investigador que abordó esta cuestión fue el Dr. Mira y López. Mira (1896
-1964) se formó en la Escuela de Fisiología de la Universidad de Barcelona que
seguía la teoría motora de la sensación del Dr. Turró. Mira diseñó dos pruebas objetivas (el
test con el axiesterómetro y el PMK) con las que podía medir los movimientos de
las manos y su relación con la personalidad del individuo.
Dr. Emilio Mira y López
Durante la realización de las pruebas en
las que se utilizaba el axiesterómetro (26) el individuo deslizaba con su mano, y con los
ojos vendados, un pequeño marcador por encima de una guía milimetrada hasta
intentar detenerlo en un punto previamente acordado. Una vez que el probando
había detenido el marcador, un examinador medía la distancia entre el lugar en
el que se había detenido y el que se había acordado, cotejando los resultados
obtenidos con los tests de personalidad del mismo sujeto. La conclusión a la
que llegó Mira fue que la magnitud y la dirección de los errores cometidos al
calcular el punto en el que se debía detener el marcador no se producían al
azar, sino que estaban determinados por la personalidad del sujeto.
Axiesterómetro
Pero la que sin duda fue la mayor aportación de Mira a la
“Teoría Motriz de la Conciencia” fue el diseño de su segunda prueba
psicotécnica, el Psicodiagnóstico Miokinético (mio=musculatura;
kinético=movimiento) o PMK (23) (27) (28).
El PMK es un test de personalidad que
estudia los movimientos de las manos al dibujar sobre un papel sin el control
de la visión (con una pantalla frente a su cara). Por ejemplo, en una de las
pruebas del PMK se pide al sujeto que dibuje simultáneamente con ambas manos
una serie de líneas rectas, cortas y superpuestas, resiguiendo una línea
modelo. A medida que el paciente va trazando las líneas puede darse el caso que
algunas de éstas se dibujen desplazadas fuera de la línea modelo. Si el sentido
de estos desplazamientos se realiza alejándose de la línea media del cuerpo del
paciente se denominan desvíos egocífugos y si, por el contrario, se acercan a
la línea media, desvíos egocípetos. Gracias al PMK y a la moderna versión informatizada del Dr. Tous, el
PMK-R (35), se pueden medir y cartografiar de
forma objetiva las relaciones entre los movimientos musculares realizados en
las tres direcciones del espacio y la personalidad. Por ejemplo, los dibujos de
los pacientes con neurosis obsesiva (29), de la
misma forma que las letras de su escritura, son pequeños, regulares y muy
centrados, sin salirse de los márgenes prefijados, demostrando con ello un gran
control de los movimientos de sus manos. Por el contrario, los pacientes
histriónicos dibujan con movimientos amplios e incontrolados.
PMK
LA JERARQUIZACIÓN DEL
CEREBRO Y LA FUNCIÓN MUSCULAR
Los movimientos de la mano necesarios
para realizar un dibujo están regidos por el sistema nervioso, de tal forma que
si seccionamos los nervios motores de los músculos de la mano ésta perderá su
capacidad de movimiento. Por esta razón, para conocer las causas de los
desequilibrios de los movimientos musculares tendremos que recurrir al estudio del
sistema nervioso y su origen evolutivo. Tal como afirmó Carl Sagan, ”la biología se parece más a la historia que a la física”
(31).
En la llamada evolución por
adición o superposición, la aparición de nuevos órganos no
comportó la desaparición de los órganos más antiguos. Estos, aunque no fueran
muy evidentes, persistieron y permanecieron activos constituyendo la base sobre
la que se desarrollaron los nuevos.
Durante la evolución del cerebro de los mamíferos, sobre la primitiva estructura del cerebro de los reptiles, se desarrollaron dos grandes hemisferios cerebrales. Mac Lean (20) reconoce en la anatomía de la base del cerebro humano las arcaicas estructuras del cerebro de los reptiles y de los mamíferos más primitivos. Estas antiguas estructuras nerviosas, la mayoría de ellas subcorticales, regulan al unísono funciones orgánicas (el tono muscular, las actividades cardiocirculatoria, respiratoria, digestiva, etc) y actividades psíquicas primarias del inconsciente (miedo, agresividad, hambre, deseo sexual, etc). Para Mac Lean, como resultado de la evolución del sistema nervioso, los mamíferos poseen un cerebro estructural y funcionalmente organizado de forma jerárquica. En él los centros nerviosos filogenéticamente más antiguos de la base del cerebro son regidos parcialmente por el neocórtex cerebral. Por ejemplo, la estimulación experimental de las amígdalas cerebrales (y de otros centros nerviosos del diencéfalo y del mesencéfalo) puede provocar contracciones musculares hipertónicas y movimientos clónicos incontrolables del raquis; pero para que los movimientos musculares se realicen de forma consciente y coordinada se requiere la participación del neocórtex. Durante la vigilia el neocórtex permanece activo en su función controladora, pero su actividad disminuye durante el sueño aflorando, liberadas del inconsciente, las funciones y contenidos que residen en el sistema límbico y en el cerebro reptiliano. Esto explica que las personas sometidas a un gran estrés emocional duerman inquietas, con pesadillas e hipertonía muscular. También hay una disminución del control cortical en las disfunciones musculares presentes en algunas enfermedades neurológicas como los espasmos de la mano del escribano, del violinista, del guitarrista, del sastre (32), la espasticidad muscular de los ictus y los movimientos incontrolables del Parkinson.
Durante la evolución del cerebro de los mamíferos, sobre la primitiva estructura del cerebro de los reptiles, se desarrollaron dos grandes hemisferios cerebrales. Mac Lean (20) reconoce en la anatomía de la base del cerebro humano las arcaicas estructuras del cerebro de los reptiles y de los mamíferos más primitivos. Estas antiguas estructuras nerviosas, la mayoría de ellas subcorticales, regulan al unísono funciones orgánicas (el tono muscular, las actividades cardiocirculatoria, respiratoria, digestiva, etc) y actividades psíquicas primarias del inconsciente (miedo, agresividad, hambre, deseo sexual, etc). Para Mac Lean, como resultado de la evolución del sistema nervioso, los mamíferos poseen un cerebro estructural y funcionalmente organizado de forma jerárquica. En él los centros nerviosos filogenéticamente más antiguos de la base del cerebro son regidos parcialmente por el neocórtex cerebral. Por ejemplo, la estimulación experimental de las amígdalas cerebrales (y de otros centros nerviosos del diencéfalo y del mesencéfalo) puede provocar contracciones musculares hipertónicas y movimientos clónicos incontrolables del raquis; pero para que los movimientos musculares se realicen de forma consciente y coordinada se requiere la participación del neocórtex. Durante la vigilia el neocórtex permanece activo en su función controladora, pero su actividad disminuye durante el sueño aflorando, liberadas del inconsciente, las funciones y contenidos que residen en el sistema límbico y en el cerebro reptiliano. Esto explica que las personas sometidas a un gran estrés emocional duerman inquietas, con pesadillas e hipertonía muscular. También hay una disminución del control cortical en las disfunciones musculares presentes en algunas enfermedades neurológicas como los espasmos de la mano del escribano, del violinista, del guitarrista, del sastre (32), la espasticidad muscular de los ictus y los movimientos incontrolables del Parkinson.
Espasmos de la mano del escribano y del guitarrista
PATRONES MUSCULARES Y
PLATAFORMAS ACTITUDINALES
La mayoría de disfunciones de los movimientos
musculares de la mano son una manifestación, a nivel local, de unos
desequilibrios musculares más amplios que engloban al resto del cuerpo. Así, el
gesto gráfico pasa a ser una evidencia de estos desequilibrios y nos permite
constatar las relaciones entre psique y funciones musculares. Como
afirmaba Vels; "en
el grafismo se cuelan pequeños o grandes gestos que traducen nuestro modo
auténtico de ser y de sentir, es decir, nuestro carácter. Está sobradamente
demostrado que la onda gráfica es un registro fiel de nuestras funciones
orgánicas, psíquicas y mentales” (38).
El diccionario define el término
"actitud" como "postura del
cuerpo, especialmente cuando es determinado por los movimientos del ánimo o
expresa algo con eficacia" (4). Es
decir, es la forma de posicionarnos en el espacio cuando expresamos un estado
emocional. Como afirmaba Wallon: “El
individuo se manifiesta a cada instante, global e íntegramente, por sus
posturas, sus actitudes y sus mímicas”
(40).
Frente al “pienso,
luego existo” de Descartes, se opone el “siento, luego existo”. Somos conscientes
de nuestra existencia porque sentimos el cuerpo a través de nuestros
propiorreceptores. El tono muscular, la actitud
corporal y los movimientos proporcionan las informaciones propioceptivas
necesarias para la
formación del esquema corporal, un elemento
constituyente de nuestro “yo”. Este esquema corporal es plástico y dinámico,
modificándose mediante las sensaciones que vamos recibiendo a lo largo de la
vida (30).
En el comportamiento humano hay una
estrecha frontera entre el pensamiento y la emoción, entre los movimientos
musculares realizados de forma consciente para conseguir un fin y los
movimientos expresivos que se producen espontáneamente: ¿Podemos
decir seriamente que el movimiento está en el músculo? Claro que no; tampoco lo
está en los nervios, en las células ganglionares, circunvoluciones cerebrales,
en el haz piramidal o en ningún otro sitio del sistema palidal o cerebeloso. Ni
menos lo hallaremos en las partes pasivamente movidas. ¿Qué significan, pues,
en realidad, expresiones como las de: un movimiento, el movimiento o los
movimientos? ¿Con qué derecho vamos a considerar los movimientos como algo
meramente mecánico? Strauss (33). Korr defendía la idea que los
movimientos musculares eran una manifestación de la psique humana: “La vida humana se manifiesta a través de los procesos
contráctiles del músculo estriado......
Todo lo que realiza el hombre para expresar sus aspiraciones y sus
convicciones no puede ser percibido de otra forma que a través de su conducta,
su porte, sus palabras y por todo aquello que es el resultado de miles de
movimientos musculares minuciosamente controlados” Korr (15).
El tono muscular es el estado basal de
contracción muscular corporal. Incluso
mientras dormimos persiste un cierto grado de contracción en las fibras
musculares. Wallon (40) afirmaba que el tono muscular es la tela en donde se
tejen las emociones. Gracias a la introducción en psicología de las
técnicas de relajación mental (9) y a la
utilización de la electromiografía en los tratamientos de biofeedback (41), se ha podido constatar la
estrecha relación existente entre el tono muscular y las actividades psíquicas.
También gracias a la electromiografía Mc Guigan (18) (19) y Tous (36) comprobaron
que la memorización, en silencio, de una serie de palabras provocaba la
estimulación de los músculos de la lengua, siendo mayor este estímulo
neuro-muscular cuanto más difíciles eran las palabras a memorizar. Según algunos
autores de la escuela conductista, un individuo en estado de relajación
muscular total sería incapaz de pensar (21).
Antes de continuar describiendo las
relaciones entre la actividad muscular y la psique es conveniente que
repasemos algunos conceptos básicos de fisiología articular. Una articulación
puede encontrarse entre dos situaciones extremas: la flexión y la extensión. La
flexión articular se produce cuando un músculo flexor se contrae, aproximando
entre sí los dos extremos de la articulación. A partir del momento de
contracción máxima, este músculo flexor ya no puede contraerse más pero tampoco
elongarse por sí mismo, por lo que ya no puede realizar ningún tipo de
movimiento. La única forma de que un músculo flexor se elongue es que la
contracción de otro músculo (en este caso un músculo extensor) vuelva a separar
los dos extremos de la articulación, traccionando en sentido contrario los dos
extremos del músculo flexor. Por este motivo, a lo largo del cuerpo humano hay
grupos de músculos contraídos (hipertónicos) formando cadenas que se oponen a
cadenas de músculos relajados (hipotónicos). Por
ejemplo, la tensión de la cadena muscular de la espalda se complementa y está
en equilibrio con la tensión de la cadena muscular anterior (que discurre de la
mandíbula a los pies). En los tratados de fisiología articular también se
describen otras cadenas musculares laterales, cruzadas, etc. Los procesos de
acomodación entre todas estas cadenas producen contracciones y relajaciones
musculares que se manifiestan en forma de movimientos oscilantes del raquis.
El hecho de que en un músculo o en una cadena
muscular predomine el estado de contracción o el de relajación no se debe al
azar, sino que depende de la programación establecida a nivel del sistema
nervioso central. Janda describió
una serie de patrones de
desequilibrio tónico que afectan a los movimientos de todas las cadenas del sistema muscular estriado (movement
patterns). Estos
patrones musculares tenían una repercusión directa sobre la estática corporal,
la actitud postural y los movimientos musculares (10).
Diversos modelos de plataformas actitudinales
Anatomía emocional. Stanley Keleman
El
estado de equilibrio entre los músculos hipertónicos y los hipotónicos
condiciona los movimientos de una articulación. Que se puedan realizar con más
facilidad los movimientos articulares de flexión o de extensión se ve
favorecido por el hecho de que previamente estén más tensos los músculos
flexores o los extensores. Para Mira el que predomine el tono de unos u otros
músculos (desequilibrio miokinético) está condicionado por el carácter y la
personalidad del individuo. La consecuencia de los desequilibrios miokinéticos
es la formación de plataformas actitudinales, de gran interés para el estudio
de la expresión corporal.
“De
otra parte, toda actividad mental considerada desde un punto de vista objetivo
es una sucesión de actos que se desarrollan sobre plataformas actitudinales
previamente formadas; así, cada cambio de conducta implica también un cambio de
las tensiones musculares y altera su fórmula de equilibrio. Por tanto: el
desequilibrio psíquico y el desequilibrio miokinético son dos aspectos de un
mismo proceso individual y por consiguiente es posible hacer inferencias
recíprocas a partir de cualquiera de ellos” Mira (23).
Las hipertonías musculares
pueden afectar a la totalidad o a una parte de la musculatura corporal. En
muchos casos el origen de una u otra situación habrá que buscarlo en la
profundidad del inconsciente. (“Actualmente
se cree que dentro de las enfermedades psiconeuróticas es el inconsciente el
que selecciona el órgano o la víscera que sean afectados y presenten
sintomatología“ Korr (14)). Por ejemplo, algunas
mujeres somatizan localmente ciertas experiencias emocionales negativas en forma de contracciones dolorosas de la musculatura del suelo pélvico (7) (16), mientras que otras personas somatizan el estrés emocional en forma de cefaleas tensionales generadas
por las contracciones de la musculatura frontal y occipital (8).
Para el psicoanálisis muchas
enfermedades tienen su origen en la represión de los instintos. El no dar
salida a esta "tensión" del inconsciente origina rigidez emocional.
Según Von Franz “la rigidez de la gente se genera en las
debilidades y el miedo; el miedo los pone rígidos y los hace cerrarse” (39). Reich opinaba que esta represión
emocional provocaba una reacción defensiva en forma de una rígida coraza en el carácter y en
la musculatura. Esta doble coraza, psíquica y somática, era la responsable del
aislamiento del hombre del mundo exterior, creando una barrera que bloqueaba
sus impulsos emocionales. Para deshacer
estas corazas, Reich combinaba sus terapias
psicológicas con tratamientos corporales. Numerosas terapias psicocorporales actuales se
basan en los métodos que desarrollaron Reich y sus discípulos.
Como
ya hemos indicado anteriormente, el tono muscular está regulado por los centros
nerviosos más antiguos del cerebro que también intervienen en el control
emocional. Por este
motivo, cuando nos sentimos contentos y satisfechos aumenta el tono de los
músculos posturales que favorecen los movimientos de apertura corporal y
percibimos cómo se expande nuestro cuerpo. Por el contrario, cuando nos invade
una emoción negativa como el miedo, percibimos como el cuerpo se retrae debido
a un aumento del tono de los músculos que favorecen los movimientos de cierre. Las ideas que forman los
pensamientos se desarrollan como patrones de imágenes mentales asociadas a
cambios en la postura y en el tono muscular. "Cualquier actividad mental considerada desde un punto de
vista objetivo es una sucesión de actos que se desarrollan sobre plataformas
actitudinales previamente formadas; así, cada cambio de conducta explica
también un cambio de las tensiones musculares y altera su forma de
equilibrio" Mira (22). De esta manera cuando focalizamos
nuestra atención en un objeto o un pensamiento nuestro cuerpo se tensa. Los términos "atender" y "atención" provienen del
latín "tendere ad" que significa "tensionarse o
estirarse hacia".
La estrecha relación entre las
imágenes mentales y la actitud corporal ha sido utilizada por los practicantes
de ciertas técnicas corporales orientales, como el Yoga, el Chicong o el Kyudo
(tiro con arco japonés) para inducir estados emocionales a través de la postura
y el movimiento. La antropóloga Felicitas Goodman (5) (6), y
actualmente su discípula Nana Nauwald (5), hacen reproducir a sus alumnos las
posturas representadas en estatuillas y pinturas de antiguas culturas
provocando, en aquellos, estados alterados de conciencia. También Janda
constató la importancia de los estados emocionales (estrés, ansiedad, depresión, fatiga, etc) en la incoordinación muscular
causante de numerosos accidentes deportivos (10) (12) (13).
La escritura requiere la
coordinación de los músculos de la extremidad superior. Mientras que algunos
músculos se mantienen inmóviles, otros producen los movimientos precisos para
realizar el trazo deseado. Por ejemplo, la musculatura del hombro suele
permanecer tensa e inmóvil contrarrestando los desequilibrios que originan los
movimientos de la mano al escribir (30). Así mismo, mientras unos músculos permanecen
contraídos sujetando la pluma, otros realizan los movimientos de la escritura.
Además, en un mismo músculo hay fibras tónicas (fibras tipo I) y otras
fásicas (fibras tipo II), más
especializadas en el movimiento.
A nivel del hombro esta
alternancia en los grados de contracción tónica produce un desequilibrio denominado por Janda “síndrome proximal
o de vendaje cruzado del hombro” (11).
Los músculos en este síndrome del hombro que tienen tendencia a permanecer tónicos son: el pectoral mayor, el
trapecio superior, el elevador de la escápula, los extensores cortos profundos
del cuello y los flexores de las extremidades superiores. Y los músculos
propensos a permanecer inhibidos e hipotónicos son: los estabilizadores
inferiores de la escápula, los flexores profundos del cuello y los extensores
de la extremidad superior.
Síndrome proximal o de vendaje cruzado del hombro de Janda
Ya con anterioridad Mira también había
descrito dos patrones de disfunciones tónicas que influían en los movimientos
de los hombros y las extremidades superiores: la intratensión y la extratensión
(23).
Intratensión: Si el tono muscular favorece la
realización de movimientos egocípetos (en el sentido de la línea media del
cuerpo). En este caso, en el plano horizontal hay un predominio de la tensión
de los músculos aductores sobre los abductores. Esta actitud de cerrarse sobre
sí mismo es propia de las personas en las que predomina el pensamiento.
Extratensión: Si el tono muscular facilita la acción
de los movimientos egocífugos de apertura corporal (que se alejan de la línea
media corporal). En el plano horizontal hay un predominio de la tensión de los
músculos abductores sobre los aductores. Se encuentra con más frecuencia en las
personas expansivas, comunicativas, generosas y, en general, en las que
reaccionan a los estímulos externos.
Los términos intratensión y extratensión
describen actitudes corporales y no se deben confundir con los de extroversión
e introversión. Lo que expresamos con el lenguaje verbal y con el no verbal no
siempre coincide. Así, por ejemplo, una persona verbalmente puede ser
introvertida, pero muscularmente ser extratensa (23).
Mira postulaba que tanto los movimientos voluntarios como
los involuntarios tenían un significado psicológico ("el espacio psicológico no es
neutro") (23). Por
ejemplo, en nuestra cultura occidental se consideran movimientos progresivos
los que ejecutamos de izquierda a derecha, de abajo arriba y de dentro afuera con respecto a la posición de nuestro
cuerpo.
Gracias al PMK, Mira descubrió que los
desvíos de los movimientos de las manos que se producían en el eje sagital
suministran información acerca de la agresividad
del sujeto. La preeminencia
de los músculos extensores (que alejan las manos del cuerpo del sujeto)
indicaría una heteroagresión
(agresión hacia los demás) mientras que la prevalencia de los músculos flexores
(que acercan las manos al cuerpo), indicaría una autoagresión. En el plano
vertical (frontal) el PMK estudia cómo el sujeto se enfrenta a la gravedad. De
esta manera si el tono psicomotor es
débil, como en el caso de las depresiones, se observa una caída progresiva de
los trazos verticales. Actualmente Tous (34), utilizando el PMK-R, ha estudiado de nuevo la
agresividad obteniendo resultados que confirman muchas afirmaciones de Mira.
GRAFOTERAPIA.
INFERENCIAS ENTRE LA ESTRUCTURA Y LA FUNCION
Una vez que un estudio
grafológico ha puesto en evidencia una disfunción del carácter y la
personalidad del individuo, ¿existe alguna terapia grafológica que nos permita
modificar estos patrones musculares relacionados con la psique? En
medicina la forma más correcta de tratar una enfermedad es actuar directamente
sobre los factores que la produjeron (tratamientos etiológicos) y, si esto no
es posible, al menos intentaremos paliar sus síntomas (tratamientos
sintomáticos). Por este motivo, los tratamientos más adecuados para corregir
las disfunciones motoras de origen psíquico son los tratamientos psicológicos.
Este planteamiento terapéutico parece estar cambiando actualmente con la
aparición de nuevas terapias que están demostrando actuar directamente sobre la
psique a través del trabajo corporal. Por ejemplo, el método
Feldenkrais, la técnica de Alexander, los tratamientos psicocorporales de Reich
y la osteopatía funcional producen estímulos propioceptivos que corrigen
disfunciones musculares. El propio Mira proponía ejercicios gimnásticos y terapia
ocupacional a sus pacientes psiquiátricos: "El desequilibrio psíquico y el
desequilibrio miokinético (movimiento muscular) son dos aspectos extremos de un
mismo proceso individual y por consiguiente es posible hacer inferencias
recíprocas a partir de cualquiera de ellos (24).... Incluso ahora
podemos comprender el beneficio de la terapéutica ocupacional en psiquiatría:
la realización de nuevos movimientos deshace los distorsionados moldes de
reacción muscular que se habían fijado y estratificado en el sujeto, creando
así la posibilidad de un cambio favorable en sus actitudes y criterios.” (25).
Las terapias que utilizan la
escritura para la recuperación de trastornos psíquicos han sido muy discutidas
. Si ya la grafología es cuestionada en los medios académicos y científicos
tradicionales, la grafoterapia lo es incluso por los mismos grafólogos.
Seguramente en el futuro la grafoterapia tendrá un lugar entre las terapias
médicas y psicológicas, pero esto sólo será posible cuando los que propongan
estas técnicas lo hagan basándose en estudios realizados con una rigurosa
metodología.
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Belo Horizonte. Dez. 2002. V. 8, nº 12,
p. 95-110.
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