martes, 15 de enero de 2013

INFLUENCIA DE LAS DISFUNCIONES DE LAS PLATAFORMAS ACTITUDINALES EN EL GRAFISMO


 

Publicado por Antonio Ruiz de Azúa Mercadal en la Revista Anuario Grafoanálisis. ANUARIO 2008: "Alteraciones Grafoescriturales"AGC vol. 40-41. Pág. 19-32.

 

 

RESUMEN
 
Los músculos del cuerpo humano permanecen en un estado de contracción tónica cuya intensidad sigue unos patrones fijados por el sistema nervioso central. En el presente artículo se describen las disfunciones de los patrones musculares de la cintura escapular y las extremidades superiores que condicionan los movimientos de las manos. Como se verá, estas disfunciones están condicionadas por el carácter y la personalidad del individuo, por lo que su conocimiento será una ayuda a todos aquellos que estudian las alteraciones de la expresión gráfica.
 
PALABRAS CLAVE
 
Sistema propioceptivo, tono muscular, postura, trazo, psique, psicodiagnóstico miokinético (PMK).

 

“ Súbitamente se me ocurrió la singular idea de que esta mano albergaba la mente de este hombre. La mente como un todo y mucho más. Mucho más, pero ¿qué?”  Henri Bosco (1)

La grafología forma parte de las ciencias que estudian al ser humano y, por ello, debe recurrir a los conocimientos que provienen de las demás ramas del saber. Históricamente los grafólogos han recurrido a la psicología para interpretar el gesto gráfico, ignorando los pasos intermedios entre la psique y la mano. Actualmente esto ha cambiado ya que, gracias a la neurofisiología, sabemos que los movimientos musculares están íntimamente relacionados con la psique. El nuevo enfoque estudia el movimiento, no el dibujo per se.

A principios del siglo XX el Dr. Turró (37), de la Escuela de Fisiología de la Universidad de Barcelona, afirmaba que las funciones psico-sensoriales surgieron de la necesidad que tenían los seres vivos de elaborar estrategias con el fin de conseguir los alimentos necesarios para su supervivencia. Vivir implicaba relacionarse con el entorno, lo que ya podía considerarse como un fenómeno psíquico. Tal como afirman los neurofisiólogos Maturana y Varela “todo conocer es hacer; todo hacer es conocer” (17). Existen organismos muy sencillos que carecen de un sistema nervioso organizado pero que responden con eficiencia a los estímulos, lo que demuestra que aquél no ha sido la única opción que han desarrollado los animales para percibir los cambios que se producen en su entorno. Para Damasio “un organismo sencillo compuesto de una sola célula, por ejemplo una ameba, no sólo está vivo sino que se dedica a mantenerse vivo..." (3).

El hombre es una unidad funcional. Su estudio no debería seguir el método de Descartes que analiza por separado sus componentes físicos e inmateriales con la pretensión de que al reunirlos posteriormente comprenderemos su totalidad. En este caso se cumple la regla de que el todo es superior a la suma de sus partes. Numerosos autores dentro del campo de la psicología y la medicina han defendido esta unidad funcional del individuo. Para ellos, el sistema nervioso central no es la única estructura anatómica implicada en las funciones psíquicas (teoría centralista), sino que en éstas también participan otras estructuras corporales (teoría periférica). Según las teorías periféricas, el cerebro es el lugar donde se hacen conscientes las sensaciones y demás procesos psíquicos generados en todo el cuerpo (35). "Somos y después pensamos, y pensamos sólo en la medida que somos, porque las estructuras y operaciones del ser causan el pensamiento". Damasio (2).

Para el fisiólogo norteamericano Irwin Korr (15), la asociación formada entre el sistema nervioso y el sistema músculo-esquelético es la maquinaria primaria de la vida (the primary machinery of life) que permite al hombre comunicarse y relacionarse con su entorno. Para muchos investigadores el tono y el movimiento muscular tienen un papel importante en la manifestación de esta función psíquica de origen periférico. Psicólogos, psiquiatras y neurofisiólogos han investigado en laboratorios de fisiología y psicología las relaciones entre el movimiento muscular y  las actividades psíquicas.

Pero... ¿cómo se puede constatar de forma objetiva esta asociación entre los movimientos musculares y la psique? Un destacado investigador que abordó esta cuestión fue el Dr. Mira y López. Mira (1896 -1964) se formó en la Escuela de Fisiología de la Universidad de Barcelona que seguía la teoría motora de la sensación del Dr. Turró. Mira diseñó dos pruebas objetivas (el test con el axiesterómetro y el PMK) con las que podía medir los movimientos de las manos y su relación con la personalidad del individuo.




Dr. Emilio Mira y López


Durante la realización de las pruebas en las que se utilizaba el axiesterómetro (26) el individuo deslizaba con su mano, y con los ojos vendados, un pequeño marcador por encima de una guía milimetrada hasta intentar detenerlo en un punto previamente acordado. Una vez que el probando había detenido el marcador, un examinador medía la distancia entre el lugar en el que se había detenido y el que se había acordado, cotejando los resultados obtenidos con los tests de personalidad del mismo sujeto. La conclusión a la que llegó Mira fue que la magnitud y la dirección de los errores cometidos al calcular el punto en el que se debía detener el marcador no se producían al azar, sino que estaban determinados por la personalidad del sujeto.




 
 
 
Axiesterómetro
 
 

Pero la que sin duda fue la mayor aportación de Mira a la “Teoría Motriz de la Conciencia” fue el diseño de su segunda prueba psicotécnica, el Psicodiagnóstico Miokinético (mio=musculatura; kinético=movimiento) o PMK (23) (27) (28). El PMK es un test de personalidad que estudia los movimientos de las manos al dibujar sobre un papel sin el control de la visión (con una pantalla frente a su cara). Por ejemplo, en una de las pruebas del PMK se pide al sujeto que dibuje simultáneamente con ambas manos una serie de líneas rectas, cortas y superpuestas, resiguiendo una línea modelo. A medida que el paciente va trazando las líneas puede darse el caso que algunas de éstas se dibujen desplazadas fuera de la línea modelo. Si el sentido de estos desplazamientos se realiza alejándose de la línea media del cuerpo del paciente se denominan desvíos egocífugos y si, por el contrario, se acercan a la línea media, desvíos egocípetos. Gracias al PMK y a la moderna versión informatizada del Dr. Tous, el PMK-R (35), se pueden medir y cartografiar de forma objetiva las relaciones entre los movimientos musculares realizados en las tres direcciones del espacio y la personalidad. Por ejemplo, los dibujos de los pacientes con neurosis obsesiva (29), de la misma forma que las letras de su escritura, son pequeños, regulares y muy centrados, sin salirse de los márgenes prefijados, demostrando con ello un gran control de los movimientos de sus manos. Por el contrario, los pacientes histriónicos dibujan con movimientos amplios e incontrolados.
 
 
PMK



LA JERARQUIZACIÓN DEL CEREBRO Y LA FUNCIÓN MUSCULAR


Los movimientos de la mano necesarios para realizar un dibujo están regidos por el sistema nervioso, de tal forma que si seccionamos los nervios motores de los músculos de la mano ésta perderá su capacidad de movimiento. Por esta razón, para conocer las causas de los desequilibrios de los movimientos musculares tendremos que recurrir al estudio del sistema nervioso y su origen evolutivo. Tal como afirmó Carl Sagan, ”la biología se parece más a la historia que a la física” (31).

En la llamada evolución por adición o superposición, la aparición de nuevos órganos no comportó la desaparición de los órganos más antiguos. Estos, aunque no fueran muy evidentes, persistieron y permanecieron activos constituyendo la base sobre la que se desarrollaron los nuevos.

 
 



Durante la evolución del cerebro de los mamíferos, sobre la primitiva estructura del cerebro de los reptiles, se desarrollaron dos grandes hemisferios cerebrales. Mac Lean (20) reconoce en la anatomía de la base del cerebro humano las arcaicas estructuras del cerebro de los reptiles y de los mamíferos más primitivos. Estas antiguas estructuras nerviosas, la mayoría de ellas subcorticales, regulan al unísono funciones orgánicas (el tono muscular, las actividades cardiocirculatoria, respiratoria, digestiva, etc) y actividades psíquicas primarias del inconsciente (miedo, agresividad, hambre, deseo sexual, etc). Para Mac Lean, como resultado de la evolución del sistema nervioso, los mamíferos poseen un cerebro estructural y funcionalmente organizado de forma jerárquica. En él los centros nerviosos filogenéticamente más antiguos de la base del cerebro son regidos parcialmente por el neocórtex cerebral. Por ejemplo, la estimulación experimental de las amígdalas cerebrales (y de otros centros nerviosos del diencéfalo y del mesencéfalo) puede provocar contracciones musculares hipertónicas y movimientos clónicos incontrolables del raquis; pero para que los movimientos musculares se realicen de forma consciente y coordinada se requiere la participación del neocórtex. Durante la vigilia el neocórtex permanece activo en su función controladora, pero su actividad disminuye durante el sueño aflorando, liberadas del inconsciente, las funciones y contenidos que residen en el sistema límbico y en el cerebro reptiliano. Esto explica que las personas sometidas a un gran estrés emocional duerman inquietas, con pesadillas e hipertonía muscular. También hay una disminución del control cortical en las disfunciones musculares presentes en algunas enfermedades neurológicas como los espasmos de la mano del escribano, del violinista, del guitarrista, del sastre (32), la espasticidad muscular de los ictus y los movimientos incontrolables del Parkinson.



Espasmos de la mano del escribano y del guitarrista

 

PATRONES MUSCULARES Y PLATAFORMAS ACTITUDINALES


La mayoría de disfunciones de los movimientos musculares de la mano son una manifestación, a nivel local, de unos desequilibrios musculares más amplios que engloban al resto del cuerpo. Así, el gesto gráfico pasa a ser una evidencia de estos desequilibrios y nos permite constatar las relaciones entre psique y funciones musculares. Como afirmaba  Vels;  "en el grafismo se cuelan pequeños o grandes gestos que traducen nuestro modo auténtico de ser y de sentir, es decir, nuestro carácter. Está sobradamente demostrado que la onda gráfica es un registro fiel de nuestras funciones orgánicas, psíquicas y mentales” (38).

El diccionario define el término "actitud" como "postura del cuerpo, especialmente cuando es determinado por los movimientos del ánimo o expresa algo con eficacia" (4). Es decir, es la forma de posicionarnos en el espacio cuando expresamos un estado emocional. Como afirmaba Wallon: “El individuo se manifiesta a cada instante, global e íntegramente, por sus posturas, sus actitudes y sus mímicas” (40).

Frente al “pienso, luego existo” de Descartes, se opone el “siento, luego existo”. Somos conscientes de nuestra existencia porque sentimos el cuerpo a través de nuestros propiorreceptores. El tono muscular, la actitud corporal y los movimientos proporcionan las informaciones propioceptivas necesarias para la formación del esquema corporal, un elemento constituyente de nuestro “yo”. Este esquema corporal es plástico y dinámico, modificándose mediante las sensaciones que vamos recibiendo a lo largo de la vida (30).

En el comportamiento humano hay una estrecha frontera entre el pensamiento y la emoción, entre los movimientos musculares realizados de forma consciente para conseguir un fin y los movimientos expresivos que se producen espontáneamente: ¿Podemos decir seriamente que el movimiento está en el músculo? Claro que no; tampoco lo está en los nervios, en las células ganglionares, circunvoluciones cerebrales, en el haz piramidal o en ningún otro sitio del sistema palidal o cerebeloso. Ni menos lo hallaremos en las partes pasivamente movidas. ¿Qué significan, pues, en realidad, expresiones como las de: un movimiento, el movimiento o los movimientos? ¿Con qué derecho vamos a considerar los movimientos como algo meramente mecánico? Strauss (33). Korr defendía la idea que los movimientos musculares eran una manifestación de la psique humana: “La vida humana se manifiesta a través de los procesos contráctiles del músculo estriado......  Todo lo que realiza el hombre para expresar sus aspiraciones y sus convicciones no puede ser percibido de otra forma que a través de su conducta, su porte, sus palabras y por todo aquello que es el resultado de miles de movimientos musculares minuciosamente controlados” Korr (15).

El tono muscular es el estado basal de contracción muscular corporal. Incluso mientras dormimos persiste un cierto grado de contracción en las fibras musculares. Wallon (40) afirmaba que el tono muscular es la tela en donde se tejen las emociones. Gracias a la introducción en psicología de las técnicas de relajación mental (9) y a la utilización de la electromiografía en los tratamientos de biofeedback  (41), se ha podido constatar la estrecha relación existente entre el tono muscular y las actividades psíquicas. También gracias a la electromiografía Mc Guigan (18) (19) y Tous (36) comprobaron que la memorización, en silencio, de una serie de palabras provocaba la estimulación de los músculos de la lengua, siendo mayor este estímulo neuro-muscular cuanto más difíciles eran las palabras a memorizar. Según algunos autores de la escuela conductista, un individuo en estado de relajación muscular total sería incapaz de pensar (21).

Antes de continuar describiendo las relaciones entre la actividad muscular y la psique es conveniente que repasemos algunos conceptos básicos de fisiología articular. Una articulación puede encontrarse entre dos situaciones extremas: la flexión y la extensión. La flexión articular se produce cuando un músculo flexor se contrae, aproximando entre sí los dos extremos de la articulación. A partir del momento de contracción máxima, este músculo flexor ya no puede contraerse más pero tampoco elongarse por sí mismo, por lo que ya no puede realizar ningún tipo de movimiento. La única forma de que un músculo flexor se elongue es que la contracción de otro músculo (en este caso un músculo extensor) vuelva a separar los dos extremos de la articulación, traccionando en sentido contrario los dos extremos del músculo flexor. Por este motivo, a lo largo del cuerpo humano hay grupos de músculos contraídos (hipertónicos) formando cadenas que se oponen a cadenas de músculos relajados (hipotónicos). Por ejemplo, la tensión de la cadena muscular de la espalda se complementa y está en equilibrio con la tensión de la cadena muscular anterior (que discurre de la mandíbula a los pies). En los tratados de fisiología articular también se describen otras cadenas musculares laterales, cruzadas, etc. Los procesos de acomodación entre todas estas cadenas producen contracciones y relajaciones musculares que se manifiestan en forma de movimientos oscilantes del raquis.

El hecho de que en un músculo o en una cadena muscular predomine el estado de contracción o el de relajación no se debe al azar, sino que depende de la programación establecida a nivel del sistema nervioso central. Janda describió una serie de patrones de desequilibrio tónico que afectan a los movimientos de todas las cadenas del sistema muscular estriado (movement patterns). Estos patrones musculares tenían una repercusión directa sobre la estática corporal, la actitud postural y los movimientos musculares (10).



 
 
 
 
 

 
 
 
Diversos modelos de plataformas actitudinales
Anatomía emocional. Stanley Keleman

     El estado de equilibrio entre los músculos hipertónicos y los hipotónicos condiciona los movimientos de una articulación. Que se puedan realizar con más facilidad los movimientos articulares de flexión o de extensión se ve favorecido por el hecho de que previamente estén más tensos los músculos flexores o los extensores. Para Mira el que predomine el tono de unos u otros músculos (desequilibrio miokinético) está condicionado por el carácter y la personalidad del individuo. La consecuencia de los desequilibrios miokinéticos es la formación de plataformas actitudinales, de gran interés para el estudio de la expresión corporal.

“De otra parte, toda actividad mental considerada desde un punto de vista objetivo es una sucesión de actos que se desarrollan sobre plataformas actitudinales previamente formadas; así, cada cambio de conducta implica también un cambio de las tensiones musculares y altera su fórmula de equilibrio. Por tanto: el desequilibrio psíquico y el desequilibrio miokinético son dos aspectos de un mismo proceso individual y por consiguiente es posible hacer inferencias recíprocas a partir de cualquiera de ellos” Mira (23).

Las hipertonías musculares pueden afectar a la totalidad o a una parte de la musculatura corporal. En muchos casos el origen de una u otra situación habrá que buscarlo en la profundidad del inconsciente. (Actualmente se cree que dentro de las enfermedades psiconeuróticas es el inconsciente el que selecciona el órgano o la víscera que sean afectados y presenten sintomatologíaKorr (14)). Por ejemplo, algunas mujeres somatizan localmente ciertas experiencias emocionales negativas en forma de contracciones dolorosas de la musculatura del suelo pélvico (7) (16), mientras que otras personas somatizan el estrés emocional en forma de cefaleas tensionales generadas por las contracciones de la musculatura frontal y occipital (8).

Para el psicoanálisis muchas enfermedades tienen su origen en la represión de los instintos. El no dar salida a esta "tensión" del inconsciente origina rigidez emocional. Según Von Franz  “la rigidez de la gente se genera en las debilidades y el miedo; el miedo los pone rígidos y los hace cerrarse” (39). Reich opinaba que esta represión emocional provocaba una reacción defensiva en forma de una rígida coraza en el carácter y en la musculatura. Esta doble coraza, psíquica y somática, era la responsable del aislamiento del hombre del mundo exterior, creando una barrera que bloqueaba sus impulsos emocionales. Para deshacer estas corazas, Reich combinaba sus terapias psicológicas con tratamientos corporales. Numerosas terapias psicocorporales actuales se basan en los métodos que desarrollaron Reich y sus discípulos.

Como ya hemos indicado anteriormente, el tono muscular está regulado por los centros nerviosos más antiguos del cerebro que también intervienen en el control emocional. Por este motivo, cuando nos sentimos contentos y satisfechos aumenta el tono de los músculos posturales que favorecen los movimientos de apertura corporal y percibimos cómo se expande nuestro cuerpo. Por el contrario, cuando nos invade una emoción negativa como el miedo, percibimos como el cuerpo se retrae debido a un aumento del tono de los músculos que favorecen los movimientos de cierre. Las ideas que forman los pensamientos se desarrollan como patrones de imágenes mentales asociadas a cambios en la postura y en el tono muscular. "Cualquier actividad mental considerada desde un punto de vista objetivo es una sucesión de actos que se desarrollan sobre plataformas actitudinales previamente formadas; así, cada cambio de conducta explica también un cambio de las tensiones musculares y altera su forma de equilibrio" Mira (22). De esta manera cuando focalizamos nuestra atención en un objeto o un pensamiento nuestro cuerpo se tensa. Los términos "atender" y "atención" provienen del latín "tendere ad" que significa "tensionarse o estirarse hacia".

La estrecha relación entre las imágenes mentales y la actitud corporal ha sido utilizada por los practicantes de ciertas técnicas corporales orientales, como el Yoga, el Chicong o el Kyudo (tiro con arco japonés) para inducir estados emocionales a través de la postura y el movimiento. La antropóloga Felicitas Goodman (5) (6), y actualmente su discípula Nana Nauwald (5), hacen reproducir a sus alumnos las posturas representadas en estatuillas y pinturas de antiguas culturas provocando, en aquellos, estados alterados de conciencia. También Janda constató la importancia de los estados emocionales (estrés, ansiedad, depresión, fatiga, etc) en la incoordinación muscular causante de numerosos accidentes deportivos (10) (12) (13).

La escritura requiere la coordinación de los músculos de la extremidad superior. Mientras que algunos músculos se mantienen inmóviles, otros producen los movimientos precisos para realizar el trazo deseado. Por ejemplo, la musculatura del hombro suele permanecer tensa e inmóvil contrarrestando los desequilibrios que originan los movimientos de la mano al escribir (30). Así mismo, mientras unos músculos permanecen contraídos sujetando la pluma, otros realizan los movimientos de la escritura. Además, en un mismo músculo hay fibras tónicas (fibras tipo I) y otras fásicas  (fibras tipo II), más especializadas en el movimiento.

A nivel del hombro esta alternancia en los grados de contracción tónica produce un desequilibrio denominado por Janda “síndrome proximal o de vendaje cruzado del hombro” (11). Los músculos en este síndrome del hombro que tienen  tendencia a permanecer tónicos son: el pectoral mayor, el trapecio superior, el elevador de la escápula, los extensores cortos profundos del cuello y los flexores de las extremidades superiores. Y los músculos propensos a permanecer inhibidos e hipotónicos son: los estabilizadores inferiores de la escápula, los flexores profundos del cuello y los extensores de la extremidad superior.





Síndrome proximal o de vendaje cruzado del hombro de Janda
 

Ya con anterioridad Mira también había descrito dos patrones de disfunciones tónicas que influían en los movimientos de los hombros y las extremidades superiores: la intratensión y la extratensión (23).

Intratensión: Si el tono muscular favorece la realización de movimientos egocípetos (en el sentido de la línea media del cuerpo). En este caso, en el plano horizontal hay un predominio de la tensión de los músculos aductores sobre los abductores. Esta actitud de cerrarse sobre sí mismo es propia de las personas en las que predomina el pensamiento.

Extratensión: Si el tono muscular facilita la acción de los movimientos egocífugos de apertura corporal (que se alejan de la línea media corporal). En el plano horizontal hay un predominio de la tensión de los músculos abductores sobre los aductores. Se encuentra con más frecuencia en las personas expansivas, comunicativas, generosas y, en general, en las que reaccionan a los estímulos externos.

Los términos intratensión y extratensión describen actitudes corporales y no se deben confundir con los de extroversión e introversión. Lo que expresamos con el lenguaje verbal y con el no verbal no siempre coincide. Así, por ejemplo, una persona verbalmente puede ser introvertida, pero muscularmente ser extratensa (23).

Mira postulaba que tanto los movimientos voluntarios como los involuntarios tenían un significado psicológico ("el espacio psicológico no es neutro") (23). Por ejemplo, en nuestra cultura occidental se consideran movimientos progresivos los que ejecutamos de izquierda a derecha, de abajo  arriba y de dentro afuera con respecto a la posición de nuestro cuerpo.

Gracias al PMK, Mira descubrió que los desvíos de los movimientos de las manos que se producían en el eje sagital suministran información acerca de la agresividad del sujeto. La preeminencia de los músculos extensores (que alejan las manos del cuerpo del sujeto) indicaría una heteroagresión (agresión hacia los demás) mientras que la prevalencia de los músculos flexores (que acercan las manos al cuerpo), indicaría una autoagresión. En el plano vertical (frontal) el PMK estudia cómo el sujeto se enfrenta a la gravedad. De esta manera si el tono psicomotor es débil, como en el caso de las depresiones, se observa una caída progresiva de los trazos verticales. Actualmente Tous (34), utilizando el PMK-R, ha estudiado de nuevo la agresividad obteniendo resultados que confirman muchas afirmaciones de Mira.

GRAFOTERAPIA.  INFERENCIAS ENTRE LA ESTRUCTURA Y LA FUNCION


Una vez que un estudio grafológico ha puesto en evidencia una disfunción del carácter y la personalidad del individuo, ¿existe alguna terapia grafológica que nos permita modificar estos patrones musculares relacionados con la psique? En medicina la forma más correcta de tratar una enfermedad es actuar directamente sobre los factores que la produjeron (tratamientos etiológicos) y, si esto no es posible, al menos intentaremos paliar sus síntomas (tratamientos sintomáticos). Por este motivo, los tratamientos más adecuados para corregir las disfunciones motoras de origen psíquico son los tratamientos psicológicos. Este planteamiento terapéutico parece estar cambiando actualmente con la aparición de nuevas terapias que están demostrando actuar directamente sobre la psique a través del trabajo corporal. Por ejemplo, el método Feldenkrais, la técnica de Alexander, los tratamientos psicocorporales de Reich y la osteopatía funcional producen estímulos propioceptivos que corrigen disfunciones musculares. El propio Mira proponía ejercicios gimnásticos y terapia ocupacional a sus pacientes psiquiátricos: "El desequilibrio psíquico y el desequilibrio miokinético (movimiento muscular) son dos aspectos extremos de un mismo proceso individual y por consiguiente es posible hacer inferencias recíprocas a partir de cualquiera de ellos (24).... Incluso ahora podemos comprender el beneficio de la terapéutica ocupacional en psiquiatría: la realización de nuevos movimientos deshace los distorsionados moldes de reacción muscular que se habían fijado y estratificado en el sujeto, creando así la posibilidad de un cambio favorable en sus actitudes y criterios.” (25).

Las terapias que utilizan la escritura para la recuperación de trastornos psíquicos han sido muy discutidas . Si ya la grafología es cuestionada en los medios académicos y científicos tradicionales, la grafoterapia lo es incluso por los mismos grafólogos. Seguramente en el futuro la grafoterapia tendrá un lugar entre las terapias médicas y psicológicas, pero esto sólo será posible cuando los que propongan estas técnicas lo hagan basándose en estudios realizados con una rigurosa metodología.
 

BIBLIOGRAFIA



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